Ernesto Gore, en su libro «El próximo management», nos ofrece una visión renovada y desafiante sobre la capacitación en las empresas. Gore, un referente en el ámbito de la gestión del talento y la cultura organizacional, aleja la capacitación de la educación tradicional, argumentando que su objetivo no es solo transmitir conocimientos, sino promover un cambio profundo en las prácticas dentro de una organización específica.
Para Gore, la capacitación no se limita a la simple transmisión de información, sino que se convierte en una intervención estratégica, una consultoría organizacional que busca transformar contextos y prácticas existentes. En este sentido, la capacitación no es una «vacuna» que se aplica individualmente para que las personas absorban conocimientos de forma pasiva, como en el sistema educativo tradicional. Más bien, la capacitación, según Gore, debe ser un proceso social donde el conocimiento se construye de manera colaborativa a través de la interacción, el debate y la reflexión conjunta.
La Capacitación como Intervención Estratégica: Más Allá de la Transmisión de Conocimiento
Gore enfatiza que la capacitación en las empresas debe partir de las necesidades y la cultura de la organización. No se trata de aplicar un modelo preestablecido, sino de diseñar estrategias de capacitación que sean relevantes y que se adapten al contexto específico de cada empresa. El autor nos recuerda que la transferencia del aprendizaje no depende solo de la calidad del contenido, sino también de la cultura organizacional, las relaciones de poder y la disposición de los equipos para adoptar nuevas prácticas.
Para comprender mejor la complejidad de la capacitación, Gore propone una matriz que categoriza las actividades de capacitación en función de dos factores clave: la factibilidad de implementación y el nivel de acuerdo dentro de la organización. Esta matriz define cuatro áreas:
Cursos: Se caracterizan por un alto acuerdo y una alta factibilidad. Los cursos suelen ser actividades estructuradas con objetivos claros, donde se espera que la participación sea activa y se apliquen los conocimientos adquiridos en el trabajo.
Talleres: Se ubican en un punto de alta acuerdo y baja factibilidad. Los talleres son actividades más dinámicas que los cursos, donde se busca la participación activa de los asistentes para la resolución de problemas y el desarrollo de soluciones. La baja factibilidad se debe a que los talleres requieren un mayor compromiso de tiempo y recursos por parte de los participantes.
Sensibilización: Estas actividades se ubican en un punto de bajo acuerdo y baja factibilidad. La sensibilización busca crear conciencia sobre un tema específico, pero la participación es generalmente pasiva y no se espera un cambio inmediato en las prácticas.
Construcción de Equipos: Estas actividades se caracterizan por una baja acuerdo y una alta factibilidad. La construcción de equipos busca fortalecer la cohesión y la colaboración entre los miembros de un equipo, sin embargo, la alta factibilidad se debe a que la implementación de las actividades suele ser relativamente sencilla.
Gore SE: Un Enfoque Colaborativo para la Capacitación
El enfoque de Gore SE se basa en la construcción conjunta del conocimiento, el diálogo crítico y la reflexión. Se trata de crear un espacio de aprendizaje donde las personas puedan compartir sus experiencias, analizar las prácticas existentes y generar ideas para mejorarlas. Para lograr esto, es fundamental que la organización establezca un contexto donde se valore la participación, la colaboración y la creatividad.
El éxito de la capacitación, según Gore, no se mide solo por la cantidad de conocimientos transmitidos, sino por la capacidad de los participantes para aplicar lo aprendido en su trabajo diario. Se trata de generar un impacto real en las prácticas, impulsar la innovación y mejorar la eficiencia.
Implementando Gore SE en la Organización
Para implementar Gore SE en una organización, se deben considerar los siguientes pasos:
-
Definir las necesidades de capacitación: Es importante identificar las áreas donde la organización necesita mejorar. Esto se puede hacer a través de encuestas, entrevistas, análisis de datos y otras herramientas.
-
Establecer objetivos claros: Los objetivos de la capacitación deben ser específicos, medibles, alcanzables, relevantes y delimitados en el tiempo.
-
Seleccionar el formato de capacitación adecuado: El formato de capacitación debe ser acorde a las necesidades de la organización y a las características de los participantes.
-
Promover la participación activa: Es importante crear un ambiente donde los participantes se sientan cómodos para compartir sus ideas y experiencias.
-
Evaluar los resultados: Es fundamental evaluar el impacto de la capacitación para determinar si se han alcanzado los objetivos y para identificar áreas de mejora.
Gore SE: Un Cambio de Mentalidad
La aplicación del enfoque de Gore SE implica un cambio de mentalidad tanto para los líderes como para los colaboradores. Se requiere una mayor inversión en la capacitación, un compromiso con la innovación y la disposición para experimentar con nuevas formas de aprendizaje.
La capacitación ya no es una actividad aislada, sino un proceso estratégico que debe integrarse en la cultura organizacional de la empresa. La capacitación debe ser un elemento central para el desarrollo de los colaboradores, la mejora de los procesos y el logro de los objetivos de la organización.
Conclusión:
Gore SE nos invita a repensar la capacitación en las empresas y a convertirla en una herramienta para la transformación organizacional. Es un enfoque que pone énfasis en la participación activa, el diálogo crítico y la construcción conjunta del conocimiento. Implementar Gore SE es un desafío, pero también una oportunidad para generar un cambio real en la cultura organizacional y mejorar la eficiencia de la organización.